Su nombre: “Sumergida en varias realidades” Nacido en Junio del 2012
Hay momentos en la vida en que se nos presentan situaciones desafiantes con sus respectivas lecciones de Vida. Y si no aprendemos la primera vez la lección, vendrán una y otra vez y con más fuerza para poderlas aprender y sanar. Cada desafío se presenta de diferentes maneras y pide diferentes formas de integrarlo. Si uno tiene el privilegio de poseer herramientas que ayudan a sanar, como la de los mandalas u otras más, hay que usarlas, ponerlas en práctica en beneficio de uno y de los demás. Este primer mandala fue el inicio de un proceso de sanación emocional muy profundo. Y como es el primer paso que se expresa en formas y colores se asemeja a varias realidades, varios temas que están entretejidos y presentes en el interno y que piden ser descubiertos. Capas de pensamientos, capas de sentimientos, capas de sensaciones físicas que se mueven para poder entrar en un Orden Sanador.
Su nombre: “La Visionaria” Nacido en Julio del 2012
La visión interna surge con fuerza en este segundo mandala, y es que luego de estar sumergida en varias realidades viene la claridad. Me conecto nuevamente con mi Alma y viene la visión profunda de lo verdaderamente importante para la misión del alma. Empiezo a “ver”, a comprender y sentir lo esencial. Desaparecen los mundos externos, los pensamientos mecánicos, los hábitos no propios, los valores superfluos…la separatidad. Con una visión centrada y sagrada uno puede acceder a la Verdad y a la Unidad. Este mandala me proporcionó la claridad y la visión que necesitaba dentro de mi proceso de sanación.
Su nombre: “La Fuerza de la Vida” Nacido en Julio del 2012
En este tercer mandala, parte del proceso interno sanador, viene la fuerza interna de la vida misma. Esa fuerza que nos hace levantarnos después de las cáidas, esa fuerza presente en cada paso de nuestro camino que nos alienta a seguir, a resurgir de las cenizas. Con este mandala sentí esa fuerza en mí de vivir, esa fuerza de existencia presente en toda la naturaleza de seguir creciendo, seguir germinando, seguir dando, seguir ofreciéndose, seguir viviendo. Es el Alma, el Ser que llenos de impulso divino nos dán la mano para seguir nuestro camino pero siempre mejor, siempre con más consciencia y con más amor. Este mandala es un símbolo para mí del movimiento amoroso y sagrado que tiene la vida.
Su nombre: “Vivir desde el corazón” Nacido en Julio del 2012
Este cuarto mandala es la culminación de mi proceso personal. El corazón inmaculado en el centro sagrado donde se une el cielo y la tierra, la vida y la muerte, el pasado y el futuro. Abrir mi corazón fue un proceso de integración de capas ocultas y desconocidas en mí. Estas partes que las había excluído quitaban espacio a mi alma para poder sentir. Una vez integradas estas partes, el corazón tiene más espacio para amar la vida con un corazón abierto en Unidad y Orden. Este mandala me proporcionó una alegría profunda, una conexión sagrada e íntima con mi Ser, una fortaleza y una decisión de vivir siempre desde el Amor y desde la Consciencia.
Estos cuatro mandalas son los testigos de mi proceso personal de sanación. Muchas de las veces necesitamos crear dos, tres, cuatro o cinco mandalas para cerrar nuestros procesos. Casi siempre el primero o los primeros vienen “cerrados”, pero a medida que seguimos moviéndonos internamente surge la necesidad de crear más mandalas y los primeros se van desvelando, se van aclarando, tomando forma, ordenándonos internamente. Uno siente cuándo se cierra el proceso y cuál ya es el último mandala de la serie. Es un camino muy hermoso de auto-descubrimiento y de muchas satisfacciones y de contentamientos internos.
Así que los animo a entregarse en sus procesos mandálicos, de cerrarlos con varios mandalas y sentir el beneficio enorme de sentirse luego más livianos, más ligeros de “equipaje” y con más fuerza para continuar el camino.
Susana Guerini