Mi práctica diaria constante y disciplinada de una combinación propia de meditación, lecturas, creación de mandalas y yoga, ha impulsado un movimiento hermoso en mi corazón. Ha sido como regresar a ese espíritu sabio que todos tenemos dentro. Es la sabiduría interior propia que surge cuando la mente y el corazón están relajados.
Confieso que no todos los momentos de mi vida están llenos de esta conexión, hay también los otros momentos, hay los desafíos que son los regalos empaquetados, las penas, los dolores, los miedos pero que también son parte de la vida. Así, desde mi refugio interno voy aprendiendo a atender esos otros momentos con ecuanimidad y dignidad. Como decía Martin Luther King: ” Si una persona barre las calles para ganarse la vida, debería barrerlas como pintó Miguel Angel, como compuso Beethoven y como Shakespeare escribió sus obras de teatro”. Cuando lo logro hacer, cuando estoy más consciente, es cuando puedo dejar que mis luchas se alivien y logren descansar en un corazón pacífico.
Aprendiendo a estar presente, a dar nombre a los pensamientos, a los sentimientos, a las percepciones que vienen y van, que aparecen y desaparecen en una danza continua. El refugio se crea con constancia y dedicación en una actitud receptiva hacia lo que la vida nos dá sea lo que sea abriéndonos así al amor. Para mí es una purificación del corazón, una práctica donde se van terminando las guerras internas, donde se deja de ver al bueno o al malo, donde no hay otra que confiar y entregarse al misterio de la vida. Es en mi refugio donde puedo abrirme a las diez mil penas y a las diez mil alegrías que la vida me presenta.
El centro de mi mandala es para mí como un espacio de la realeza, tiene una carpa o toldo que cubre ese espacio para protegerlo, un energía femenina llena de determinación y fuerza de vida. Empecé creando este mandala desde el centro hacia afuera y de afuera hacia adentro para terminarlo. Me tomé la mayoría de tiempo en el centro, sintiéndolo y resonando con lo que me decía. Estaba creando mi refugio en mi mandala, reflejo del que estaba dentro de mí.
Este amparo vive en mí, y como está en mí puedo contar con él el momento que necesite sin importar lo que pase afuera. Pueden surgir tormentas, oleadas de cambios a mi alrededor como puedes ver en este mandala pero tengo donde resguardarme, en el centro, en esa superficie sagrada que he creado para mí, mi refugio. Sé que independientemente de lo que me ha tocado afrontar, la alegría y la renovación esperan mi regreso.
Susana Guerini
“Hay un tiempo para estar delante y hay un tiempo para estar detrás, hay un tiempo para estar en movimiento y un tiempo para descansar, un tiempo para estar vigoroso y un tiempo para estar agotado. Un tiempo para estar en peligro y un tiempo para volver a la seguridad. El sabio vé las cosas tal como son, sin controlarlas. Está centrado en el Tao, y puede ir donde quiera sin peligro porque percibe la armonía incluso en medio de las alegrías y penas del mundo. Como reside en el centro del círculo, ha hallado paz en su corazón.”
Tao Te Ching
HOla Susana!
que fuerte al ver tu mandala…. la semana pasada hice un mandala porque ando revuelta y necesitaba poner algo de claridad en mí…. el mandala que me salio tiene en su centro el mismo simbolo que en el tuyo,
esa estrella de cuatro puntas con exactamente la misma silueta… yo no la habia hecho nunca, y ahora revisando otro mandala que hize el sabado tiene el mismo simbolo en el centro…. que fuerrteee!
aver si le saco una foto y te lo mando
un beso
me alegra saber que estamos aun conectadas
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Hola Noemí! qué tal no? cómo estamos conectadas, y en el fondo como mujeres, como humanidad, siempre buscando encontrar la conexión más profunda y la sanación. El símbolo de la estrella como símbolo de guía y faro de conocimiento es un símbolo arquetípico, así como el cuadrado en el círculo como símbolo de esa necesidad de alinear nuestro Ser con el universo, de armonizar nuestros ciclos a los ritmos naturales de la consciencia y del cosmos, están presentes en todos y hacen su aparición en diferentes etapas de nuestro viaje álmico. Por eso ciertas figuras se repiten en nuestros mandalas, qué maravilla y qué gran misterio! No estamos solas somos parte de un Todo que quiere evolucionar consciencialmente! Abrazos grandes y espero la foto de tu mandala!
Susana
hola mi amiga, que belleza esa reflexion y descripcion del mandala, me haz inspirado a buscar mi refugio propio, centrada en mi interior y encontrar lo que necesito equilibrar.
carmen cardenas
Hola mi alumna y amiga querida! qué bueno que te ha servido de inspiración!! Así se crea el impulso para crear mandalas salidos desde la profundidad y encontrar respuestas a lo que nuestra Alma pide. Te mando un abrazo inmenso!
Susana
Qué bonita y sincera reflexión y qué buen trabajo estás haciendo contigo, por ti, misma. Me encantan los colores de tu mándala que desprenden vida, alegría, serenidad y armonía al mismo tiempo. Te sigo!
Gracias Celia por tus palabras, siempre es reconfortante recibir comentarios para seguir este viaje mandálico. Me alegra que los colores, las sensaciones y la energía de este mandala hayan llegado a tí. Besitos
Susana