La técnica terapéutica del collage la había utilizado en algunas ocasiones pero no era algo que había profundizado. Sin embargo ahora que estoy especializándome en la Arteterapia Iniciática, el collage terapéutico ha venido a mí sin buscarlo con toda su fuerza, magia y poder.

 

Lo estoy empleando en mis propios procesos de sanación así como en mis clientes y he podido constatar sus beneficios especialmente en clientes con crisis de identidad o con una sobrecarga emocional.

 

El collage ayuda a estimular la reflexión obteniendo más claridad y consciencia del paisaje interno.

 

En el proceso, con mucho respeto y cuidado agarramos las imágenes seleccionadas y las recortamos. A veces mas, a veces menos. Las adaptamos a lo que nos indica nuestra intuición, o ese sanador interno que todos llevamos dentro.

 

El momento en que elegimos una imagen, estamos trayéndola del inconsciente para ponerla en el consciente. Al reflexionar sobre el significado de las imágenes tanto para uno mismo como compartiendo con el terapeuta estamos procesando los temas pendientes personales.

 

A través del Mandala Collage terapéutico se puede entrar en diálogo con la herida producida por un acontecimiento abrumador de una manera más indirecta y menos invasiva.

 

Inspirada en el trabajo de Seena Frost con el Soul Collage donde el collage se lo hace sólo con imágenes y construyéndolo capa por capa, he estado practicando este tipo de collage y me ha permitido abrirme a un mundo mágico y oculto que está dentro de mí. Capa tras capa se despliega para ser percibida, observada y entendida. En medio de imágenes y colres,  se entra en un mundo desconocido que aparece sin forzarlo desvelando así nuestra historia personal.

 

Es un proceso creativo para el auto descubrimiento, para la auto aceptación y el empoderamiento personal. Permite acercarse a la propia intuición y creatividad.

Cada Mandala Collage es una expresión de nuestras partes internas, cada mandala collage tiene su propia voz que es única y diferente a los demás.

 

En este proceso de trabajar con el Mandala Collage he querido darle tiempo y atención a tres sentimientos que hoy por hoy dado al tiempo traumatizante que vivimos, están tan presentes. Estos sentimientos son la tristeza, el miedo y la ira.

 

Muchos lo han llamado y lamentablemente algunos los siguen llamando “sentimientos negativos” pero hay tanto valor en ellos que merecen ser acogidos, abrazados e integrados. En estos tiempos no podemos darnos el lujo de taparlos, adornarlos con el bypass del positivismo, ni congelarlos o encapsularlos en el cuerpo. Es muy importante trabajar con ellos de una forma compasiva.

 

Y es que culturalmente se nos ha enseñado desde pequeños/ñas a tapar, reprimir y combatir los llamados “sentimientos negativos”. Pero al reprimir sentimientos como la ira, la tristeza o el miedo sólo nos lleva a perder nuestra energía vital y a restringir todas las posibilidades que la vida nos ofrece. Es agotador física, emocional y mentalmente estar constantemente evitando sentir esos sentimientos. Además que al hacerlo perdemos espacio interno para poder realmente disfrutar de nuestros vínculos de una manera auténtica.

 

Como ahora resulta quizás en algunas personas difícil abordarlos, esta técnica del collage puede ser una muy buena opción. Como trabajamos en el círculo siempre contamos con este recurso de contención. Además es sorprendente siempre ver cómo en el proceso creativo, nuestra sabiduría interna nos permite pendular entre lo abrumador o traumatizante con los recursos internos que tenemos.

 

Esto se ilustra perfectamente en las siguientes reflexiones de los Mandala Collage que he creado donde a pesar de los temas fuertes que se mueven, aparecen siempre elementos o recursos esperanzadores y positivos que permiten equilibrio, armonía e integración.

MI TRISTEZA

 

Este es mi Mandala Collage de mi tristeza, digo “mi tristeza” porque siento que la tristeza así como otros sentimientos es muy personal y depende en gran medida a la propia historia personal. Depende de los acontecimientos vividos, de la herencia del sistema familiar y cultural y de la manera innata de procesar los sentimientos.

 

Mi tristeza en este collage me habla mucho de mi niña interior, de su tristeza de no poder ser ella misma, de querer sentirse acogida, amada y cuidada como niña. Al reflexionar sobre estas imágenes me di cuenta de la necesidad que tenía de ser niña y que por las circunstancias no lo podía vivir en plenitud.

 

Mi tristeza se teje con el tiempo, ese tiempo que no me pertenece, ese tiempo que no va con mi tiempo. Esa tristeza tan mía de no cuajar ni encajar con mi verdadero tiempo. Mi tristeza de niña, de mujer, de mamá, de abuela. Mi cicatriz, mis cesáreas, el corte, la separación.

 

Y en medio de mi tristeza aparece también como un efecto regulador una mano que ofrece semillas, que en medio de tanta tristeza viene auspiciando una regeneración, un anuncio de la capacidad innata de crecimiento.

Las flores y el altar enmarcan mi tristeza ancestral y sagrada.

 

Hay semillas, flores y una mariposa que me hablan sobre la posibilidad de transformación y de la presencia siempre amorosa y compasiva de “algo más” que sostiene y promete un futuro mejor.

 

“Yo soy la niña triste esperando por cuidado y protección,
la que espera paciente por su transformación”

 

 

 

MI MIEDO

 

Ahora, en estos tiempos, el miedo está presente, tan presente que pide a gritos que lo vean, lo acojan y lo procesen. Huir del miedo no es muy sabio porque tarde o temprano nos encuentra. El miedo es esa fuerza protectora que nos advierte de los peligros, tiene su función propia pero cuando no se la valida puede ir creciendo silenciosamente hasta aparecer de alguna manera por ejemplo como ataques de pánico o pesadillas.

 

Mi miedo ha venido ha visitarme varias veces, ya cargado con historias de miedo vividas desde mi infancia. Nuestro trabajo es explorarlo y saber exactamente de dónde viene y de qué está formado. En tiempos de pandemia el miedo puede verse activado con carga no resuelta y procesada del pasado. Así que si lo ves desde este punto de vista, resulta una oportunidad para invitarlo a pasar y trabajar temas pendientes.

 

Esta tarjeta del Mandala Collage que cree, me regresa nuevamente a mi infancia. Soy esa niña con miedo, miedo a la enfermedad. Soy aquella que constantemente se toma la temperatura del miedo para estar atenta a los peligros.

 

Me paralizo, me congelo como la imagen del hombre con la cara hecho hielo ante el peligro. Siento en mi pecho la punzada del terror, del susto, llevo mis manos hacia mi pecho, hacia mi corazón, me acojo, me contengo.

 

Mi miedo a la muerte, a la oscuridad impredecible. Soy aquella que sabe que la muerte está al otro lado de la puerta.

 

Tengo en mi Mandala Collage una manta que calienta, que es antigua, que me arropa. En mi boca un termómetro con cactus y bichos.

 

Yo soy esa niña con miedo a lo inexplicable, más que nada a lo patriarcal.

 

Tengo una corona de rosas, me recuerda a alguna virgen que he visto. Hay un aspecto santo o espiritual sobre mí, siempre lo he sentido.

 

“Yo soy la niña que siente miedo pero que se planta con fortaleza
Soy quien está presente a pesar de todo con fuerza y belleza”

 

MI IRA

 

La ira es el sentimiento con el que mejor me llevo, a pesar que ha estado guardada por años dentro de mí, cuando la siento me empodera, me hace sentir viva y con derechos. Amo mi ira sagrada porque ella me recuerda siempre sobre la justicia, la dignidad, la humanidad, la bondad y la verdad.

 

Podemos en estos tiempos sentir mucha ira de ver cómo están las cosas, a dónde hemos llegado como humanidad y también darnos cuenta que poco se puede hacer para controlar, cambiar o resistir lo que ocurre. La vida tiene su flujo natural y abarca todo, no podemos cambiar externamente lo que sigue igual pero sí podemos aprovechar la fuerza de la ira para volver a arraigarnos en nosotros mismos, en nuestro cuerpo, en nuestros derechos y necesidades como seres humanos.

 

Como podrán ver en este Mandala Collage ya no aparece una niña sino una mujer.

 

Yo soy aquella mujer con ira que reclama justicia que se empodera como un toro de oro y con su mirada se pregunta, se cuestiona, pide.

 

Soy aquella que se erige con una antorcha de libertad, dignidad y respeto.

 

También soy quien aprieto los dientes y la mandíbula de tanta ira reprimida como la imagen del pirata en el collage. La que se harta, se enoja, reacciona y organiza un levantamiento rojo.

 

Ira picante como los ajíes del mandala, que muchas veces arden en el estómago.

 

Soy aquella mujer que de tanta ira y ganas de rectificación, de cambio y solución se cansa como la imagen de la mujer a lado derecho inferior del Mandala Collage.

 

“ Yo soy la mujer que se empodera de su ira sagrada,
se levanta, asciende hacia sus derechos y se siente amada”

 

Espero este artículo, testimonio de mi trabajo con el Mandala Collage les haya dado una idea de cómo es trabajarlo. Estaré dictando varios talleres proximamente.

Te recuerdo que si necesitas en estos tiempos acompañamiento terapéutico estoy dando sesiones individuales online como siempre lo he hecho con muy buenos resultados, puedes escribirme a susana@mandalaintuitivo.com.

Susana Guerini

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