Las crisis que seguimos enfrentándonos desde ya hace más de un año está sucediendo en tantos niveles, político, cultural, ambiental y personal. Se manifiesta en nuestros cuerpos, en nuestras vidas y corazones como angustia, miedo, enfermedad, privación de derechos, aislamiento, soledad, impotencia, tristeza y rabia.

A medida que pasa el tiempo y no podemos vislumbrar el final del túnel ni tampoco mirar y querer regresar atrás, hacia cómo era antes, el día a día se convierte en una aventura incierta y llena de desafíos.

En estos tiempos es un acto de rebeldía el poder sostenerse y volver al centro, seguir cultivando los vínculos de alguna u otra manera y reforzar lo verdaderamente importante en la vida.

Son tiempos de “apocalipsis” que viene del latín apocalypsis y del griego apokálypsis que significan REVELACION. Creo que efectivamente son tiempos de revelación, donde los hechos que estamos viviendo nos empujan a ver mejor, donde los temas pendientes se desvelan para tener una visión más clara y profunda tanto de nuestras historias personales como las colectivas.

Lo que todavía permanecía oculto y lo que no podíamos hacer frente se nos presenta ahora para trabajarlo, comprenderlo y transformarlo. ¿Cuánto más vamos a esperar? Es ahora cuando debemos tomar la responsabilidad de sanar para romper con ese círculo vicioso de repetición de historias y patrones que nos ha llevado a donde estamos ahora.

Ya no podemos distraernos más para no ver lo que tenemos que ver y tomar posición sobre lo que pasó y lo que está sucediendo. Sé que muchos de nosotros en estos tiempos de pandemia, de revelación, nos sentimos increíblemente estresados, agotados y sin esperanzas, es por eso que es importante tomarnos tiempo para cuidarnos a nosotros mismos en todos los niveles, cuerpo, mente, emoción y espíritu.

Hoy más que nunca se nos pide volver a tomar refugio en nosotros mismos, en darnos tiempo para cultivar nuestro espíritu, para desarrollar nuestros dones, ser creativos en medio del vació y del caos. Empezar a vivir diferente a dejar atrás la flojera de trabajar nuestros temas pendientes y buscar a quien o quienes ya han estado en este camino para que nos acompañen en el viaje iniciático. Se trata de tener finalmente el coraje para sanar y así no seguir transmitiendo los traumas que hemos heredado, personales y colectivos.

Las circunstancias de estos tiempos han activado a muchos de nosotros nuestros traumas más profundos. Disparan en nosotros recuerdos que viven en nuestro cuerpo desde nuestra infancia donde tuvimos experiencias de sentirnos abandonados, no protegidos, aislados, en situaciones de vida o muerte o en constante incertidumbre. Muchos no se han dado cuenta de que en realidad sus síntomas son producto de estas activaciones, otros quienes ya han venido trabajando internamente se dan cuenta que aparecen más capas por sanar de temas que creían ya estaban bastante sanados.

Ya que las situaciones que vivimos diariamente en esta pandemia no permiten que podamos sentirnos totalmente seguros y a salvo estamos con nuestros sistemas nerviosos en vigilancia, en estado de alerta e hiper vigilación. Estamos en un estado de combate, en contra de los demás, de los que piensan diferente y ponen en peligro nuestra “seguridad”, de los culpables o en un estado de querer salir corriendo del miedo muchas veces con un miedo irracional. Otras veces en estado de congelamiento, de depresión, de shock por no saber qué hacer porque todo resulta super abrumador. Ahí nos disociamos del cuerpo para no sentir porque sentir es peligroso. Estas activaciones están durando más de lo normal y por eso estamos viviendo nuestras vidas tratando solamente de sobrevivir con un sistema nervioso desregulado.

Cuando trabajamos con el trauma es importante el aporte de Stephen Porges con la teoría polivagal donde sabemos que nuestro estado emocional, desde nuestra primera infancia, crea nuestra historia. Nuestra historia puede basarse en confiar en que el mundo es seguro, o peligroso o completamente inseguro.
Como podemos ver en el siguiente gráfico, los estados emocionales en que vivimos de acuerdo a nuestra historia son:
-seguridad, sentirnos a salvo
-lucha, combate o huida, escape
– inmovilización o congelamiento.

Es por esto que muchas personas son referidas o buscan terapias en estos momentos para procesar sus traumas y poder regular sus sistemas nerviosos.

La arteterapia en estos casos puede ser de mucha ayuda porque podemos acceder directamente al hemisferio derecho donde se almacenan los recuerdos traumáticos. Los procesos creativos pueden ayudar a recordar, procesar y resolver recuerdos traumáticos que eran inaccesibles con terapias habladas. Al usar ambos hemisferios cerebrales se permite la integración tanto de la memoria narrativa como la no verbal. Se proporciona un distanciamiento seguro entre el cliente y el contenido traumático que se comunica a través de las formas y colores, así los recuerdos se pueden experimentar como menos abrumadores.

La arteterapia y especialmente la terapia sensoriomotor es una especialidad muy beneficiosa para estos tiempos y para quienes quieran aprender a regularse y sanar sus temas pendientes. Esta arteterapia mantiene los sentidos y la conciencia corporal en el centro del proceso creativo. Incluye canales de expresión cinestésicos, táctiles y auditivos lo que contribuye a la recuperación de las personas que están en un constante estado de miedo, ansiedad o huída, de combate o pelea o de depresión o entumecimiento.

En las sesiones de terapia creativa y expresiva usando la técnica del dibujo o el mandala bilateral podemos sanar nuestros traumas, devolviéndonos al estado natural de sentirnos seguras y a salvo, logrando reconectarnos con nosotras mismas y con los demás. Recuperando la confianza y permitiéndonos vivir una vida más plena.

 

 

¿Cómo está tu sistema nervioso?
¿Vives en modo huída, combate o congelación en estos tiempos?

 

 

Esta imagen es un ejemplo del trabajo arte terapéutico sensoriomotor trabajando con dos manos y ojos cerrados. En un abordaje ascendente, desde al cuerpo a lo cognitivo. La sanación del trauma necesita hacerse en el cuerpo, sólo así el sistema nervioso puede regularse. La experiencia corporal es el elemento central para abordar el trauma, la creación de imágenes y la interpretación cognitiva o simbólica de las creaciones artísticas no son suficientes.

Si necesitas mi acompañamiento terapéutico en estos tiempos prolongados de estrés y activación yo te puedo acompañar a construir recursos externos e internos para aplicarlos cuando estés activado. Te enseñaré herramientas que te permitan regular tus emociones y reducir la activación de los eventos taumáticos. Te ofrezco un espacio seguro en donde puedas tomar consciencia de tu propia resiliencia trabajando a tu propio ritmo y acompañándote desde la escucha profunda.

Susana Guerini

Psicóloga – Facilitadora – Arteterapeuta

 

“Las personas traumatizadas se sienten inseguras de forma crónica dentro de sus cuerpos. Para cambiar, las personas deben tomar conciencia de sus sensaciones y de la forma en que sus cuerpos interactúan con el mundo que los rodea. La autoconciencia física es el primer paso para liberar la tiranía del pasado “. Bessel van del Kolk “El cuerpo lleva la cuenta”

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