“Abandona tu mente y dedícate a tus sentidos” Fritz Perls

 

Doy gracias que cuando conocí al mandala no me dieron plantillas para colorear ni me enseñaron a hacer diseños geométricos específicos, más bien durante la formación de Facilitadora Iniciática nos presentaron al círculo de una manera libre, creativa y espontánea. La creación dentro del círculo era totalmente libre sin instrucciones, ni modelos a seguir.

Así que para mí fue una maravillosa invitación a expresarme libremente sin conceptos predeterminados ni atísticos. Esto me ayudó a desarrollar mi trabajo tanto personal como profesional de una manera diferente a lo que se ofrecía en el mercado.

Y es que una de las cosas que más valoro de mi trabajo con Mandala Intuitivo es el hecho de que se incentive a crear desde la intuición confiando en la guía interna y olvidando el control de la mente y sus conceptos.

Cuando pintas un libro para colorear mandalas puedes tomar decisiones sobre los colores a elegir o quizás elegir sobre las combinaciones de colores pero no te permite ir más allá. Hay una falta de flexibilidad, de oportunidad de asumir riesgos, de autoexpresión creativa y auténtica.

Cuando estás pintando las plantillas de otras personas pierdes la oportunidad de explorar tu propio mundo interno, de explorar tus sentimientos y contemplar las metáforas mientras ves emerger las imágenes. Cuando hacemos mandalas con plantillas o mandalas geométricos estamos moviéndonos en un espacio ajeno donde podemos tener control sobre lo que hacemos y sobre los resultados haciéndolo con máxima atención, concentración y hasta incluso tensionando el cuerpo sin tener consciencia de ello. En estos casos será un efecto inducido externamente y no podrás tener el beneficio de aprender a confiar en tu propio proceso y poder así llegar a capas profundes de tí mismo que mentalmente no puedes acceder.

Los mandalas cuando son creados de manera intuitiva logran expresar más auténticamente lo que hay en el interior sin disfraces ni conceptos. Esta manera de crear permite que lo incosciente tenga chance de filtrarse en el dibujo permitiendo que lo que quiere expresarse se exprese sin control.

Así en Mandala Intuitivo nos lanzamos a ser espontáneos, a no pretender que la línea de arriba cuadre con la de abajo, que los colores combinen, que todo esté simétrico, que las figuras tengan el mismo tamaño, etc, etc. Me relajo en las formas desiguales, me relajo en los sitios asimétricos, me relajo en lo inesperado, me relajo en la confusión. ¡Qué reconfortante poder crear sin expectativas ni control!

 

Y es que cuando creas intuitivamente tus mandalas estás ofreciéndote a tí misma la oportunidad de explorar tu ser interior a través del proceso creativo en un ambiente seguro y sin críticas. Al crear tu propio mandala te estás sintonizando con tu propia creatividad soltando el apego a los significados, al control y la expectativa del resultado final.

Te vas volviendo más y más amable y compasiva contigo misma aprendiendo a soltar la perfección, a honrar tu intuición, a confiar en el proceso y a moverte más allá de tus creencias limitantes. Aprenderás a reducir la presión por producir algo bonito y a transformar patrones inconcientes limitantes que ya no te sirven.

El hecho de que se ofrezca a los clientes la luz verde al crear sus mandalas de manera intuitiva hace que las personas se relajen pues ya no “tienen“ que crear algo artístico ni perfecto. Esto por otra parte para otras personas que en su infancia se les ha cortado la creatividad y su amor propio, implica un desafío, pues al no haber instrucciones específicas o límites donde moverse se pueden sentir abrumados sin saber cómo empezar. En mi experiencia de todos estos años he visto cómo en poco tiempo y mediante invitaciones el cliente se suelta, hace un “click“ y empieza a usar su hemisferio derecho y se suelta en su creación, se trata sólo de darle otra oportunidad, otra alternativa que nunca la había considerado.

Si queremos trabajar terapéuticamente con el círculo debemos hacerlo con creaciones intuitivas de otra manera tendremos muy poca información del inconsciente para trabajarlo.

Los clientes que se apoyan en dibujar y crear algo artístico e impecable esconden sus sentimientos y sus historias en construcciones perfectas y ordenadas creando muros y armaduras para no ver si dejar ver su dolor.

Muchas veces he encontrado quienes hacen unos mandalas impresionantes tan complejos que en medio de su elaboración se disocian del cuerpo atribuyéndolo a veces a un factor “espiritual“ o a un estado de consciencia alterado pero en realidad se están desapegando más de sus cuerpos y de sus sentimientos en ese afán de control, de perfección que esconde muchos temas personales.

Nos sentamos en cada sesión de Mandala Intuitivo con el NO saber, NO esperar, NO controlar, hasta que la voz interior hable y se exprese guiando el proceso.Esto permite tener acceso a la percepción interna donde podemos tener información de nuestro cuerpo, de nuestras emociones y de nuestros pensamientos. Así mismo podremos tener espacio para explorar nuestros recursos tanto internos como corporales y creativos.

Así pueden ver la enorme ventaja cuando se trabaja de manera intuitiva y espontánea, se abren espacios para mayor exploración y mayor consciencia. Sin sentirnos limitados por líneas y patrones de otros o por instrucciones precisas a seguir donde no podemos llegar a un territorio más abundante que está esperando para ser explorado.

Susana Guerini

 

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